sábado, 1 de abril de 2017


 Perpetuo principio de inquietud

Máquina- colectiva.

 Concertación a la hora exacta  de unidades distributivas o derivativas (máquinas individuales) según  una coordenada o un orden preconcebido (sistema de procedimientos)  operando por agregados por conglomerados por acumulados. Cuerpos funcionales  sometidos  a dispositivos mecanismos a rituales de producción sistémica.  La combustión- distribución- redistribución oficia de ley insoslayable.

Una máquina que puede leerse como un gran teatro de las artes,  cuerpos puestos en un ordenamiento  ceremonial  que  organizan a su turno paisajes  pictóricos y  en sus amontonamientos y aglomerados grupos escultóricos irreverentes de su propio dios de organización. Opera en sus  desfondamientos  en la minuciosidad de sus cavidades y agujeros como una arquitectura perfecta de maquinas individuales extemporáneas  fraguando sus habitación  su claustro y su clausura  obligadas a capturar y redistribuir siempre en los umbrales. Una arquitectura de doble piso con su razones aparentes perentorias sus emergencias oblicuas y  su planta superior misteriosa secreta indescifrable.  Una privacidad material que no cesa  de comunicar de propagar  de operan unas sobre otras de infundir peste. Un universo material de cuerpos que hurga  en los  pespuntes en las orillas en las periferias.  
Un teatro de los espíritus comunicantes.  
Circuito de inmanencias de las causas asuntos motivos en vectores verticales, flotación en el vacío, redistribución  de los contenidos en coordenadas horizontales. Un mundo que repite sus secuencias y se traza en dos planos, uno metafísico en sus abstracciones conceptuales y su paradoja y otro en sus efectuaciones fuerzas primitivas que rajan  fisuran  el plano y se infiltran en la permeabilidad de sus constantes y obran las consecuencias

Los cuerpos como fuerzas mecánicas que contra-efectúan la  materia según sus planos  de exterioridad, doble operación de actualización de las partes acto y trascendencia. Maquinas autónomas siempre en multiplicación. Cuerpos que desbordan sus encuadres que se desplazan de su eje para distorsionar transfigurar la materia, pura captura  al infinito de sus propios avatares esclavos de una aventura intensamente espiritual que revela las partes. Circuito que va de lo real- a lo irreal- a lo real reversivilizando los mundos creados en el instante mismo de las roturas de esos mundos  como filtraciones  en las grietas. Texturas  inconvenientes telas descompuestas complejidades ciertas
Dispositivos secretos se han  interpuesto entre los cuerpos y  los espíritus   Unos otros se han  introducido han interferido  las verdades los certidumbres.
Inversión  subversión reversión  holográfica  del avatar. El acontecimiento es objeto       los sujetos meros enunciadores.  Unidades intimas de vertientes verticales en permanente horizontalidad. Una memoria horizontal  y en extensión que se descompone en líneas  interminables para resucitar en la alegoría de los mundos.
No inventa la ilusión no cae en  la ilusión  es la paradoja de la ilusión sin más,  ese es su agujero .Nada de realidad puro artificio puro artilugio de fuego Y todo vanidad para  dar a  los múltiples sentidos  la inocencia y la conciencia de un todo.       
Asuntos  motivos  carros doncellas pajarracos  todos en al promiscuidad de lo contiguo poniendo en peligro el nombre lo elegible lo designable la identidad de las cosas. Burlando la vigilancia
Figuraciones imágenes superpuestas condenas esfinges camafeos de la identidad en procesión alegórica  en un mundo sin centro en perpetua  agonía. Del concepto a la idea de la idea al objeto del objeto al acontecimiento de él al sujeto  y  todo  gira sobre sí para recomenzar un circuito demencial y solazarse  en su perversión. Un máquina demoníaca  Los motivos las figuraciones solo son una sobre-dimensión, una subordinación a los mundos  de la materia
Una vez  circunscripto el objeto fractura todos los lazos de reconocimiento lo exonera lo desarraiga  de su  universo para  someterlo a las adherencias para  hiperrealizarlo, en una siniestra red de derivaciones mercenarias conspicuas y aleatorias serie sobre serie,  pesadilla horror horror¡¡  ya no hay centro en ningún lado solo convergencia vértigo del agudo de los vértices de la ausencia de dios.

Maquinas que son potencia de estrangulamiento del mundo,  deficientes ineficaces insuficientes en agonía.  Maquinas - minimal  en la planicie de sus formas en su manía de superficie.
Un trompe-l oeil que todo lo transfigura  lo ilegitima lo confunde. Convirtiendo el cosmos en  espacio social  atestado de payasos y victimas propiciatorias  
 Todo desnaturalizado para extralimitarlo en la ley de continuidad-discontinuidad , despojarlo del limite del enunciado, en todo caso asignarle avatares acontecimientos nunca nombre, nunca signarlo o designarlo, esculpirlo  para atrincherarlo  en la   multitud de lo múltiple, privarlo de la pertenencia de lo privado exhibirlo oprobiosamente obscenamente al escarnio. Todo al  matadero.
 La máquina  perfora acordes que se deshilachan en su propia transferencia, en trance de manipulación se trasfunden los unos en los otros.  Líneas  derivativas  que pasan entre el cuerpo y el alma, un trasvasamiento de estrías  de superficie y  hendijas soterradas que en su convergencia o divergencia entraman una tela del tiempo que incluye todas las posibilidades aún las exclusiones. Un juego de destreza. Presencias que se fingen y son esfingidas ; el objeto que descuartiza su naturaleza inmóvil para entrar en el ciclo de las protuberancias  en el circuito de las inscripciones. Una conjuración del vacío sin vuelto, una reversión  de las partes.  Nada por delante, nada por detrás. Una prestidigitación. Puros agujeros sin fondo.
 Una guerra de guerrillas que no aniquilan, esparcen los cuerpos en agonía y los exhiben colgados de los postes  como espantapájaros. Resucita la inquietud  un segundo antes del derrumbamiento final y reconstruye la inexactitud sin jurisprudencia.

 La máquina opera por inclinaciones y desdoblamiento de los motivos o razones en  plegamientos de emergencia en todos los sentidos en todas partes. Una máquina alucinada y alucinatoria en su máximo extremo de inflexión, dispara su artillería bajo la acción impiadosa del resorte y preside su distribución al infinito. En un presente entrañado de futuro e intoxicado de pasado, acto presente que se renueva, se actualiza a cada instante. Amplía sus divergencias hasta lograr armonías perfectas y en el acto de consumación traicionarse, traicionar y  obrar el crimen. Se condena en todos los momentos y  para emerger plena de su disyuntiva rezuma todas las huellas.
Opera las  materialidades y ciega y maquinal las abjura. Casi como entidad adivinatoria predice los destinos captura las  tendencias expande las excrecencias  a instancias de un Dios  de la materia.
Consuma su eternidad su inmanencia en la armonización de todos los presentes que componen su mundo.

Será indispensable que las materias eternas se encarnen en los flujos, que destilen su incondicionalidad  su omnisciencia en todos los frentes para que las solicitudes de los afluentes de las bifurcaciones que las transfieren garanticen la legitimidad del todo. Para  que el acontecimiento  se declare competente y se obsesione en la novedad las  ingresiones ,  disgresiones e  intensidades discurren sin interrupción, arrastradas por  la  operatoria continua se desplazan en todos los  sentidos posibles, intercambian sus adherencias, sus imprecaciones su anatema su blasfemia. Inseparables en su destino  materias de pura aleación química se entretejen a sí mismas  en los bordes en las comisuras de sus atribuciones y  solo tienen existencia real en las fugas que los realizan y legalizan su consistencia. 

En los enigmáticos dispositivos de la conciencia es causa efecto y contra-efecto. Pesadas superficies desordenadas organizadas en pactos misteriosos. Capaces de capturar infinitas vibraciones que irradia la carne a la intemperie de los contubernios del espíritu y las exequias de la razón


Susana Herrero Markov