Perpetuo
principio de inquietud
Máquina- colectiva.
Concertación a la hora exacta de unidades distributivas o derivativas
(máquinas individuales) según una
coordenada o un orden preconcebido (sistema de procedimientos) operando por agregados por conglomerados por
acumulados. Cuerpos funcionales
sometidos a dispositivos mecanismos
a rituales de producción sistémica. La
combustión- distribución- redistribución oficia de ley insoslayable.
Una máquina que puede leerse
como un gran teatro de las artes, cuerpos puestos en un ordenamiento ceremonial
que organizan a su turno paisajes
pictóricos y en sus amontonamientos y aglomerados grupos
escultóricos irreverentes de su propio dios de organización. Opera en sus desfondamientos en la minuciosidad de sus cavidades y agujeros
como una arquitectura perfecta de maquinas individuales extemporáneas fraguando sus habitación su claustro y su clausura obligadas a capturar y redistribuir siempre en
los umbrales. Una arquitectura de doble piso con su razones aparentes
perentorias sus emergencias oblicuas y
su planta superior misteriosa secreta indescifrable. Una privacidad material que no cesa de comunicar de propagar de operan unas sobre otras de infundir peste.
Un universo material de cuerpos que hurga en los pespuntes en las orillas en las periferias.
Un teatro de los espíritus
comunicantes.
Circuito de inmanencias
de las causas asuntos motivos en vectores verticales, flotación en el vacío, redistribución
de los contenidos en coordenadas horizontales.
Un mundo que repite sus secuencias y se traza en dos planos, uno metafísico en
sus abstracciones conceptuales y su paradoja y otro en sus efectuaciones
fuerzas primitivas que rajan fisuran el plano y se infiltran en la permeabilidad de
sus constantes y obran las consecuencias
Los cuerpos como
fuerzas mecánicas que contra-efectúan la materia según sus planos de exterioridad, doble operación de
actualización de las partes acto y trascendencia. Maquinas autónomas siempre en
multiplicación. Cuerpos que desbordan sus encuadres que se desplazan de su eje
para distorsionar transfigurar la materia, pura captura al infinito de sus propios avatares esclavos
de una aventura intensamente espiritual que revela las partes. Circuito que va
de lo real- a lo irreal- a lo real reversivilizando los mundos creados en el
instante mismo de las roturas de esos mundos
como filtraciones en las grietas.
Texturas inconvenientes telas
descompuestas complejidades ciertas
Dispositivos secretos
se han interpuesto entre los cuerpos y los espíritus
Unos otros se han introducido han
interferido las verdades los
certidumbres.
Inversión subversión reversión holográfica
del avatar. El acontecimiento es objeto
los
sujetos meros enunciadores. Unidades
intimas de vertientes verticales en permanente horizontalidad. Una memoria
horizontal y en extensión que se
descompone en líneas interminables para
resucitar en la alegoría de los mundos.
No inventa la ilusión
no cae en la ilusión es la paradoja de la ilusión sin más, ese es su agujero .Nada de realidad puro
artificio puro artilugio de fuego Y todo vanidad para dar a
los múltiples sentidos la
inocencia y la conciencia de un todo.
Asuntos motivos carros doncellas pajarracos todos en al promiscuidad de lo contiguo
poniendo en peligro el nombre lo elegible lo designable la identidad de las
cosas. Burlando la vigilancia
Figuraciones imágenes
superpuestas condenas esfinges camafeos de la identidad en procesión
alegórica en un mundo sin centro en
perpetua agonía. Del concepto a la idea
de la idea al objeto del objeto al acontecimiento de él al sujeto y todo gira sobre sí para recomenzar un circuito
demencial y solazarse en su perversión.
Un máquina demoníaca Los motivos las
figuraciones solo son una sobre-dimensión, una subordinación a los mundos de la materia
Una vez circunscripto el objeto fractura todos los
lazos de reconocimiento lo exonera lo desarraiga de su universo
para someterlo a las adherencias para hiperrealizarlo, en una siniestra red de
derivaciones mercenarias conspicuas y aleatorias serie sobre serie, pesadilla horror horror¡¡ ya no hay centro en ningún lado solo
convergencia vértigo del agudo de los vértices de la ausencia de dios.
Maquinas que son
potencia de estrangulamiento del mundo, deficientes ineficaces insuficientes en agonía.
Maquinas - minimal en la planicie de sus formas en su manía de
superficie.
Un trompe-l oeil que
todo lo transfigura lo ilegitima lo
confunde. Convirtiendo el cosmos en espacio
social atestado de payasos y victimas
propiciatorias
Todo desnaturalizado para extralimitarlo en la
ley de continuidad-discontinuidad , despojarlo del limite del enunciado, en
todo caso asignarle avatares acontecimientos nunca nombre, nunca signarlo o
designarlo, esculpirlo para
atrincherarlo en la multitud de lo múltiple, privarlo de la
pertenencia de lo privado exhibirlo oprobiosamente obscenamente al escarnio. Todo
al matadero.
La máquina perfora acordes que se deshilachan en su propia
transferencia, en trance de manipulación se trasfunden los unos en los otros. Líneas derivativas
que pasan entre el cuerpo y el alma, un trasvasamiento de estrías de superficie y hendijas soterradas que en su convergencia o
divergencia entraman una tela del tiempo que incluye todas las posibilidades
aún las exclusiones. Un juego de destreza. Presencias que se fingen y son esfingidas
; el objeto que descuartiza su naturaleza inmóvil para entrar en el ciclo de
las protuberancias en el circuito de las
inscripciones. Una conjuración del vacío sin vuelto, una reversión de las partes. Nada por delante, nada por detrás. Una
prestidigitación. Puros agujeros sin fondo.
Una guerra de guerrillas que no aniquilan,
esparcen los cuerpos en agonía y los exhiben colgados de los postes como espantapájaros. Resucita la inquietud un segundo antes del derrumbamiento final y
reconstruye la inexactitud sin jurisprudencia.
La máquina opera por inclinaciones y
desdoblamiento de los motivos o razones en
plegamientos de emergencia en todos los sentidos en todas partes. Una
máquina alucinada y alucinatoria en su máximo extremo de inflexión, dispara su
artillería bajo la acción impiadosa del resorte y preside su distribución al
infinito. En un presente entrañado de futuro e intoxicado de pasado, acto
presente que se renueva, se actualiza a cada instante. Amplía sus divergencias
hasta lograr armonías perfectas y en el acto de consumación traicionarse,
traicionar y obrar el crimen. Se condena
en todos los momentos y para emerger
plena de su disyuntiva rezuma todas las huellas.
Opera las materialidades y ciega y maquinal las abjura.
Casi como entidad adivinatoria predice los destinos captura las tendencias expande las excrecencias a instancias de un Dios de la materia.
Consuma su eternidad
su inmanencia en la armonización de todos los presentes que componen su mundo.
Será indispensable que
las materias eternas se encarnen en los flujos, que destilen su
incondicionalidad su omnisciencia en
todos los frentes para que las solicitudes de los afluentes de las
bifurcaciones que las transfieren garanticen la legitimidad del todo. Para que el acontecimiento se declare competente y se obsesione en la
novedad las ingresiones , disgresiones e intensidades discurren sin interrupción,
arrastradas por la operatoria continua se desplazan en todos
los sentidos posibles, intercambian sus
adherencias, sus imprecaciones su anatema su blasfemia. Inseparables en su
destino materias de pura aleación
química se entretejen a sí mismas en los
bordes en las comisuras de sus atribuciones y
solo tienen existencia real en las fugas que los realizan y legalizan su
consistencia.
En los enigmáticos
dispositivos de la conciencia es causa efecto y contra-efecto. Pesadas
superficies desordenadas organizadas en pactos misteriosos. Capaces de capturar
infinitas vibraciones que irradia la carne a la intemperie de los contubernios
del espíritu y las exequias de la razón
Susana Herrero Markov